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martes, 5 de septiembre de 2017

Nunca digas siempre, Jennifer L. Armentrout



Ella aprendió que el silencio era su mejor arma. Él juró que siempre la protegería. Ambos comparten un terrible pasado, que los llevó a forjar un vínculo indestructible. O eso creían ellos. Porque sus caminos se separaron abruptamente hace cuatro años. Mallory y Rider llevan todo ese tiempo tratando de superar las terribles experiencias vividas en un hogar de acogida. Intentando construir un futuro. Tratando de olvidar. Pero ahora, justo cuando creían estar dejando el pasado atrás, Mallory y Rider acaban de reencontrarse en el instituto y descubren que el intenso vínculo de infancia sigue ahí… al igual que la heridas. Enfrentados a la fuerza de sus sentimientos, Mallory y Rider deben decidir si seguir aferrados a las mismas armas que les ayudaron en el pasado o arriesgarse a construir algo nuevo en un futuro incierto. 


Esta es mi tercera novela de Jennifer L. Armentrout y justo cuando la había encasillado en la fantasía, llega para mostrarme que ella puede moverse como pez en el agua en diferentes géneros y mantenerse en el gusto del público juvenil. E incluso los no tan jóvenes. Es quizás eso lo que más vale en Nunca digas siempre, la capacidad de desarrollar personajes "realistas" con la misma profundidad que construye un seductor alienígena o una cazadora de hadas. Si en los otros dos mundos se vale de del hecho de que puede crear un mundo entero para dar sostén a sus personajes, entra a los más profundos sentimientos de Mallory y Rider. 


¿Pero quiénes son estos chicos? Los dos han compartido una infancia muy difícil (tendrán que descubrir ustedes mismos el por qué) y al crecer fueron separados. En unos años sus vidas han cambiado muchísimo pero el destino los vuelve a reunir y todo lo que han vivido vuelve a la superficie. Y es que sólo entre ellos pueden entender las cosas que han tenido que pasar para llegar a este punto. Aquí la novela plantea un interesante punto ¿reencontrar a alguien es también reencontrar el dolor? Imagínense cuantos recuerdos vuelven a los personajes cuando se encuentran frente a frente con alguien que vivió y sintió lo mismo que tú ¿desearías nunca verlo de nuevo? 

Aunque parece que Mallory es quien guarda más traumas de esta etapa, los dos han sufrido bastante. Ella es muy tímida y reservada en cuanto a sus sentimientos y sólo Rider es capaz de penetrar esa armadura que Mallory ha creado para protegerse. Los personajes que acompañan a estos dos parecen mantenerse a raya de esta situación pues no alcanzan a llegar a los lugares oscuros que sólo ellos conocen y por los que la autora nos hace transitar. Sí, hay partes fuertes, sobre todo en lo que respecta a la infancia. Pero estas partes son las que te hacen admirar a los personaje sy entender toda la construcción que hay detrás de ellos. 

A mi me encanta el desarrollo de personajes. Odio cuando un autor se enrolla en rellenar el libro con una acción tras otra hasta que estas dejan de tener sentido con los que actúan y terminan por no decirte nada. En resumen, estoy en contra de los personajes planos y parece que Jennifer también. Como comentaba al principio, esta no es mi primera lectura de la autora pero si la primera ocasión en que la veo hablando sobre este mundo sin poderes mágicos o conexiones de otras galaxias. Y es genial que lo haga con la misma capacidad que lo ha hecho en otros géneros y vuelva a cautivar a su publico. 

Esta es una historia complicada de resumir y ahora entiendo por qué la sinopsis me resultaba tan críptica, no debe haber sido fácil contar qué sucedía con Mallory y Rider sin soltar algún punto clave. Merece ser leído sin que sepas nada de él, merece que te dejes llevar por este doloroso pero esperanzador camino de ¿redención? ¿Descubrimiento? Ambos personajes tienen mucho que decir pero tienen miedo y van dosificando la información para no ser dañados de nuevo. Eso como lector te mantiene en la lectura, te encariña y te hace sufriri con ellos. 

Siento que he dicho todo y aún resulta complicado de entender ¿es así? Si la respuesta es afirmativa, no me pregunten a mi, pregúntenle al libro. Entren en sus páginas, ábrase a conocer la historia de Mallory y Rider, no se desesperen si al principio les cuesta contarla, estamos frente a dos corazones rotos que comienzan a sanar. 


Gracias a Urano por el ejemplar para lectura. 








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