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miércoles, 6 de abril de 2016

Éramos mentirosos, de E. Lockhart

Sinopsis: 
Una isla privada. Una ilustre y conocida familia de Nueva Inglaterra. Un grupo de cuatro amigos —los Mentirosos— cuya amistad se vuelve destructiva. Una rebelión. Un accidente. Un secreto. Mentiras y más mentiras. Amor verdadero. Y, por fin, la verdad.
Ésta es la bellísima y terrible historia de una familia perfecta que se sostiene sobre pilares de peligrosa fragilidad. A lo largo del relato se van desvelando las piezas de un rompecabezas que formarán un mosaico de personajes fascinante, donde los prejuicios y el egoísmo son los peores enemigos de la armonía y la felicidad

Esta es la historia de la familia Sinclair, mejor dicho de Cadence Eastman Sinclair, la heredera de la fortuna familiar. En una paradisiaca isla privada habitan las tres hijas de Harris Sinclair y Tipper Taft, cada una con su respectiva familia en una de las cuatro casa que componen el lugar. Como verás, esta familia no tiene nada que pedirle a nadie y durante el verano, tienen un trozo del mundo para ellos solos. Éramos mentirosos de E. Lockhart nos trae recuerdos de Una bicicleta en la playa o Hermosos y malditos, nos arroja en la isla privada de los Sinclair para admirarlos en su hábitat natural.

Este es uno de esos libros que me aventuré a leer sin saber nada de él con antelación. Insluso el fragmento de la contraportada resulta oscuro y no deja ver nada de lo que habita en las páginas del libro. Qué bien, nada más cercano a lo que son los Sinclair, altos, rubios, bien parecidos, de mentones cuadrados, todo lo bueno de una de las estirpes más antiguas de Norte América. Tengo que explicar todo esto porque bajo estos conceptos ha crecido nuestra protagonista, Cadence o Cady (oye, Faulkner). Como la primer nieta de Harris Sinclair tiene la responsabilidad del apellido y la fortuna familiar sobre sus hombros ¿quién no daría saltos de contento? Pues ella no y no la juzguen, pertenecer al clan no es cosa fácil como parece. Esta familia tiene tantos o más problemas que cualquier otro, el primero: ganarse al abuelo.

Las tres hijas de este hombre siempre se encuentran en competencia por ganar gracia a los ojos de su padre pero para él, no hay seres que merezcan más su cariño que sus nietos. Siempre y cuando traigan honor al apellido, cosa que constantemente echa en cara a los jóvenes al menor de los descuidos. ¿Ya ven? No es tan fácil ser Cady. Para ella los veranos en la isla son, más que una tradición, un momento en el que el tiempo se detiene y sólo existen ella y sus primos, Los Mentirosos. Así se han llamado así mismos haciendo de sus vínculos algo más fuerte que el de sus propias madres. En el verano número 8, Cady, su prima Mirren y su primo Johnny, reciben en su grupo a Gat, un muchacho hindú sobrino del novio Ed de la tía Carrie (madre de Johnny). Si bien parece que sólo se trata de un nuevo integrante de juegos, Gat es el primer amor de Cady y eso cambiará su visión del mundo para siempre.

Han pasado nueve veranos desde que conoció a Gat y Cady lucha por recuperar la memoria que perdió en el verano número 15, cuando un terrible accidente (que no recuerda en absoluto) arruinó su memoria. Ahora vuelve a la isla esperando recuperarse del todo pero algo ha cambiado y hay muchas cosas que no son lo que eran hace unos veranos. Me he tomado la libertad de explicar estas cosas para poder hablar de los grandes aciertos de este libro. El primero es que tenemos frente a nosotros una novela juvenil elegante, desconozco si ese término exista pero si no, me lo acabo de inventar y bien por mi. Como ya dije esta novela habla de la vida opulenta de los Sinclair y aunque Cady nos lleva por esta isla de una forma que parece lo más natural del muno, no sotros, los lectores comunes, podemos darnos cuenta de que no es así. Por principio de cuentas ¿Cuántos de ustedes tienen una isla privada con casas para cada uno de sus tíos, sirvientes y uno que otro muelle? Si, lo sé, yo también quiero mi pedazo de cielo en la tierra. La protagonista ve este lugar como una costumbre de manera que pierde su encanto de descubrimiento y se queda en las nostalgia, cosa a la que ella se aferra después de un misterioso accidente.

La familia dividida por el interés económico es otro de los factores importantes de la novela puesto que gracias a ello se desencadena la trama y no, esto fue un spoiler. Era de esperarse que esto sucediera, sobre todo por las ideas que Harris Sinclair ha dado a su prole. La avaricia y la adulación no se hacen esperar y muchas veces son los móviles de los personajes. Por otro lado, los herederos tienen la responsabilidad moral de poner el apellido en alto y conservarlo puro, es por ello que la incursión de Gat a la familia resulte tan perturbadora para todos los miembros.


Cadence rememora que la isla tiene un efecto de tiempo suspendido en el que todo puede pasar sin afectar el entorno, hasta que comienza a ver el mundo con ojos más adultos y nota que no todo es un cuento de hadas. La narración en primera persona funde el presente con pequeños retazos del vera número 15 (el del accidente) interrumpidos por fuertes migrañas que sufre Cadence cada vez que fuerza a su mente a recordar. Ni sus primos ni sus tías y mucho menos el abuelo quieren hablar de lo que pasó en aquel verano pues según su madre, lo mejor es que los recuerdos acudan solos. Para entender lo que ha ocurrido, ella se llena de notas, recuerdos y e historias que crea en torno a un complejo rompecabezas.



Con una prosa ágil y muy íntima, E. Lockhart crea una protagonista cuya visión va madurando a lo largo de las páginas a pesar del extraño mecanismo que rige su memoria. 87 capítulos cortos y contundentes conforman una historia en la que el misterio, los secretos y la ambición son el menú principal. Desde explicar una migraña aguda hasta existir sin más se vuelve un arte bajo la pluma de la autora y el dolor se Cady se vuelve también nuestro dolor. No hay nada que sobre ni duda que no se resuelva pero cada verdad que aguijonea el cerebro de la protagonista es también un chispazo para los lectores. Si tuviera que definir esta novela en tres palabras serían: Elegante, Inteligente y Dolorosa. Éramos mentirosos es un platillo gourmet en una mesa repleta de comida rápida.  



Gracias a Editorial Océano por el ejemplar para lectura. 

Éramos mentirosos (We were liars)
E. Lockhart (2013)
Trad. Montserrat Batista Pegueroles. Ediciones Salamandra: Blue (2015). 
288 pp. Tapa blanda con solapas. 
España
ISBN: 9788416555000




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